viernes, 25 de junio de 2010

Síndrome de Estocolmo

Hoy estoy moñas. Los profesores nos ponemos moñas cuando termina el curso. Yo no entiendo muy bien por qué, yo creo que es una especie de patología o algo así, algo parecido al síndrome de Estocolmo. Es algo no real. O eso me parece a mí.

Yo no soy muy moñas, la verdad. Casi no creo en nada. Es que no tengo edad…
Pero hoy me ha pillado el cuerpo moñas.
Estaba leyendo a Millás y me he acordado de la lagartija.
Decía así…


Ellas no parecían fatigadas. Y eran como dos gemelas disímiles, pues aunque una llevaba el pelo largo y la otra corto, una era morena y la otra rubia, una seria y la otra alegre, estaban unidas por lazos invisibles, sutiles, misteriosos, que las convertían en gemelas, aunque ellas no lo supieran. Sus conversaciones solían versar sobre asuntos irreales.


El hombre invisible.
De Los objetos nos llaman.
Juan José Millás.


PD: La terapeuta de los Mochos me dijo una vez: “Vosotras sois como dos monas despiojándose”. ¿Y que quiere decir eso?- Le pregunté. - Que va a querer decir… Que os tenéis mucho querer…
Y como siempre, o casi siempre (no te me pongas creída), la terapeuta de los Mochos tiene razón.

PD: Katsumoto dice que sólo hay 2 tipos de profesores.
Los amargados, que te hacen la vida imposible.
Y los adolescentes eternos…

No sé que es mejor, o peor… No me he atrevido a preguntar a qué grupo pertenezco.

1 comentario:

  1. Yujuuu!!Yo te veo de columnista,cual Millás pero en tortuguiano, analizando la realidad de cada día, de modo irreal claro...como nuestras conversaciones.
    Y la doctora amor tiene razón, por supuesto, sipote!!!

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