miércoles, 30 de junio de 2010

Resolución de conflictos


Este año, la terapeuta de los Mochos dio un curso de “Resolución de conflictos en el aula”. Asistí. Asistí porqué la terapeuta de los Mochos es mi amiga. A mí, esos cursos no me gustan, igual que no me gustan los libros de autoayuda, ni los libros de citas citables.
Pero fui.
Comíamos en el Sueco las 3 juntas, a la orilla de la playa. La lagartija, la terapeuta de los Mochos y yo. Después nos íbamos al curso.
Lo reconozco, me porté fatal en el curso, hice todo tipo de gamberradas. Parecía que la terapeuta de los Mochos me había contratado. El conflicto era yo.
La terapeuta de los Mochos siempre le dice a la lagartija que tiene unos pechos preciosos. Todos los días, día tras día. A mí no me dice nada, y claro, me pongo celosa. Entonces, un día, decidí pintar unos pechos enormes en un folio. Durante el curso, me sentaba en la última fila, cuando la terapeuta de los Mochos me miraba, yo sacaba el folio y lo colocaba sobre mis pechos. Ella, con un autocontrol absoluto, y una sonrisa de oreja a oreja, dejaba de mirarme y preguntaba a otra persona. La lagartija me reía las gracias, que para eso es mi manager.
Aunque no todas las locuras vienen de mí, la Terapeuta de los Mochos cantó a capella su “hit parade”, el conflicto duele el conflicto duele aylerelerele”. Gran regocijo, el público estaba totalmente entregado a la terapeuta. Sólo la “Cerebral Salmantina” dijo : ¿En qué consiste el curso, en llegar a la catarsis?
Y así sucesivamente día tras día.
Sigo sin saber resolver los conflictos, los resuelvo como puedo, pero el curso será inolvidable.
Creo que si la terapeuta de los Mochos sobrevivió a ese curso, es capaz de sobrevivir a cualquier cosa. Reconócelo, soy tu personal Trainer.
A veces me acuerdo y me da mucha risa.

TH. 30 de Junio 2010.

PD: Nos reímos tanto esos días que tuvimos agujetas.

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