domingo, 3 de octubre de 2010

Baño de espuma con pistola a presión



Ayer fui a lavar el coche con la lagartija. Era un lavadero de pistola.
No leí las instrucciones. En los otros lavaderos a los que voy, la pistola tiene gatillo, y funciona cuando aprietas el gatillo. Pero en este no, en este funciona cuando aprietas el botón.
Metí el euro, pulsé el botón, la pistola salió despedida, yo salí corriendo, todo se llenó de jabón, me caí de espaldas, la lagartija corría de un lado a otro, gritaba nosequé, se parecía a Bob esponja. Yo le decía al de la gasolinera que parara la máquina, la pistola volaba por los aires, la lagartija me decía que la cogiera, y yo le decía que no, que ya se pararía.
Nadie hizo nada.
Entonces llegó el héroe de la tarde, el chico que vende el cupón y que va en silla de ruedas, y nos dijo:
- Aprieta el botón rojo, es el Stop.

Entonces la maquina infernal paró, la lagartija dejó de correr como si fuera Bob esponja y yo terminé de lavar el coche. La lagartija se fue a comprar un ambientador mientras el corazón se le salía por la boca. Y yo seguí allí, limpiando, con un bajón de azúcar que lo flipas…

Y me quedé allí, pensando en el héroe de la tarde. Al final, el héroe siempre es quien menos te esperas… La vida es así.

TH. OCTUBRE 2010.

1 comentario:

  1. Ay que ha pasao una semana y aún me duele la pierna, por Dios!!
    No se me quita la imagen de la tortuga cayendo y la pistola infernal como loca peleando contra el halcón. Qué momento....
    Para no olvidar...

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