miércoles, 3 de noviembre de 2010

Everina Prunaski. Capítulo 4


Me llamo Pau. Realmente me llamo Paula, pero mis amigos, me dicen Pau.
Mi Padre es forofo de Gasol, de ahí viene mi nombre.
A veces me pregunto, si mi padre se ha arrepentido de llamarme Pau. Creo que, aunque juego a baloncesto y tengo buen tiro, yo no soy … o no era su sueño.
Me gusta la calle. Quizá me has visto alguna vez. Tengo el pelo corto, soy fuerte pero no muy grande, tengo 13 años, llevo casi siempre una camiseta de los Lakers y voy en silla de ruedas. Un rollo raro, el cordón umbilical, o la incubadora, o no sé que leches. Pero el caso es que estoy aquí.
No tengo muchos amigos. Pero tengo algunos.
Soy muy educada, aunque mi madre dice que soy rebelde por costumbre, que no se callar, que en ocasiones soy desconsiderada. (¿En ocasiones soy desconsiderada? ¿Y tú eres de este planeta, mamá? ¿Y de este siglo?.....PUFFFFFFFFFFFF)
Y me gusta mirar el cielo.
Soy observadora, creo que lo soy para no aburrirme. Conozco mi barrio centímetro a centímetro, soy más efectiva en esta zona de la ciudad que el Google Earth.
Me gusta escuchar la radio. Me encantan los programas que hablan de seres extraterrestres. Supongo, que a menudo, los terrícolas me resultan decepcionantes. Por eso me fijo siempre en las antenas y en todos los artefactos tecnológicos.
Me gusta hacer fotos. Soy adicta. Luego miro cada uno de los detalles. Encuentro muchas veces en las fotos, cosas que no esperaba encontrar. Expresiones, personas, objetos… Soy una mirona. ¿Y qué? La vida me lo debe. Si pudiera andar de acá para allá, no sería tan mirona, no sería tan silenciosa, no leería tanto.
Me gusta Everina. Siempre me sonrie. Siempre me dice algo amable. Siempre me habla de cosas que me gustan. Nuestro punto de unión es la “cola del Pan”. Y soy muy feliz, porque la cola suele ser larga y Everina me habla durante algunos minutos. Bueno, a veces no me habla directamente, pero siento que habla para mi.
Desde que Everina compra el pan en mi panadería (en la misma panadería que yo, quiero decir), el número de clientes ha aumentado.
Pero últimamente la veo triste. Y luego están las antenas, y Radiosalil el asqueroso, y también las zapatillas.
Lo juro. Mi barrio se ha llenado de antenas extrañas y de zapatillas que cuelgan por los cordones de cables que cruzan la calle.
Y… creo que yo sé algo de todo esto…
SÍ.

TH

PD: Te toca. Venga, que pase algo ya, que te lo pongo a huevo y tú nada, ni el idem.PD: ¿Sabes como está el pan que compra Everrrriiiina?

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