lunes, 1 de noviembre de 2010

Everina Prunaski. Capítulo 2











EVERINA PRUNASKI. CAPÍTULO 2.

Me he encontrado con Everina esta mañana. Salía de la panadería. Olía a pan caliente y a ese perfume que ella se pone. Me he detenido un instante sólo para olerla. Un segundo imperceptible, que no ha debido ser tan imperceptible, porque ella me ha mirado a los ojos y me ha sonreído.
Parecía triste, o no sé, quizá sólo preocupada.
Entonces me ha fijado en él. Ese tipo que siempre anda por el barrio mirando unas antenas raras que han colocado en los semáforos. Ese tipo apestoso que se hace llamar Salt, aunque todo el mundo sabe que se llama Radiosalil y que siempre está toqueteando las antenas, y mirando a todo el mundo como si fuéramos seres repugnantes.
Él lleva un gorro que le tapa los ojos, jamás se lo quita. Lleva una gabardina y un chandal rojo debajo con el logotipo de la selección española, no debe de saber que se ha acabado el mundial. La gabardina le hace un bulto extraño en la espalda. Pero lo más espantoso de él, es su olor, una mezcla de tabaco mentolado rancio y sudor.
¿Qué tiene ese tipo tan asqueroso que ver con la dulce Everina? ¿Qué hay en los ojos de ella?

TH.

PD: Ahorra tuuuuuu. ¿Te la calienta?
PD: Te mando una foto de las antenas del apestoso Salt. Me intrigan.
PD: Salt huele también un poco a aceitazo de churro.
PD: Esta historia es un poco locura… pero como no tengo cojones de decirte que NO a nada… pues eso. Anda, perfil bellísimo, sigue tú.

1 comentario:

  1. Por cierto, alguien sabe para que sirven las cosas esas de los semáforos, farolas etc...

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