lunes, 1 de noviembre de 2010

Everina Prunaski. Capítulo 3


Puede alguien oler a líquen? Acaso los líquenes huelen?
Debo confesar que tras cruzarme a Everina durante toda la semana, la seguí. Casi siempre iba sola, pero el día que la seguí iba con Salt. Ella hablaba por el móvil y él miraba hacia arriba todo el rato. Llevaba una libreta donde apuntaba cosas. Everina hablaba fuerte, en castellano, pero con un acento ruso muy pronunciado. Decía no se qué de la “locutorria”.
A mí me dio la risa.
Llegaron a una casa con un jardín pequeño. El suelo estaba tapizado de un color verde plata, como el de algunos olivos. Olía fuerte, olía bien, olía como Everina.
Desaparecieron dentro. Mientras, yo trataba de recordar el nombre de aquella “planta-moqueta” con ese olor tan particular, cuando me di cuenta que no era una planta. Era un líquen. Era Evernia prunastri.
Everina Prunaski olía a Evernia prunastri!!!!
Parecía un chiste.
Se fabricaba su propio perfume con trocitos del jardín? Yo tenía mil cosas que hacer, y allí estaba , en la puerta de la casa de Everina, haciéndome preguntas absurdas.
Se abrió la puerta y salió Salt. Un coche paró en la puerta y lo recogió. Se había cambiado de peinado. Iba muy elegante, con traje y corbata. En la mano llevaba una antena, igual a la de la foto que había hecho yo ayer. Vi cómo se alejaba el coche. Esta pareja tan peculiar me tenía intrigada.
Me quedé un rato disfrutando del olor a Evernia

Ll, 1 Noviembre 2010.
PD1: Esta historia tiene cada vez menos sentido meine…si quieres la continúas, o si no sigue creando tus cosas de tortuga, que son mucho más bonitas…
PD2: Aunque Everina Prunaski me gusta..y Salt, con su olor a Radio Salil també.
PD3: Los líquenes tienen aroma? La duda es real…

No hay comentarios:

Publicar un comentario