martes, 7 de septiembre de 2010

El nombre del viento


EL NOMBRE DEL VIENTO. Patrick Rothfuss. Plaza Janés.

Explorador: Tortuga. Aunque muchas veces pienso que está novela me encontró a mí.
Categoría: Estantería de los tesoros.

Todos los veranos leo un par de novelas largas. Las novelas que leo en invierno son cortas. En verano tengo tiempo.
En verano leo mucho rato seguido. Atravieso el espejo, me identifico con los personajes, les amo, les odio, les lloro, les río. En verano viajo dentro y fuera de los libros. Viajo más dentro de los libros que fuera de ellos, no voy a engañar a nadie. Los viajes de fuera son cortos, de una semana, a lo sumo 10 días. Los viajes de los libros son grandes travesías.

El nombre del viento venía conmigo a la playa, lo colocaba en el pareo, cruzaba las piernas y leía… Oía el mar, las piedras que chocan movidas por las olas, tomaba el sol, viajaba.
Quizá no sea capaz de escribir bien, pero leo muy bien, soy muy buena lectora. Parece fácil, para mi lo es, pero no todo el mundo sabe leer bien.
De hecho, este libro lo he leído muy bien.
La lagartija lo ha leído también. Se lo llevó a Cabo de Gata. Le ha pegado todo tipo de cosas y lo ha transformado en una especie de tómbola ambulante. La culpable soy yo, que conociéndola como la conozco, le dije: Pega lo que tú quieras que se lo voy a regalar a la anguila. Y me lo ha dejado… PRECIOSO PRECIOSO…
Yo tengo que pintar en él unos leones muy especiales, leones-de-niño… Pero me da un poco de miedo y un poco de risa y, todavía no los he pintado, pero estoy en ello.
Me dejo de rollos…
Ahí va…

He robado princesas a reyes agónicos. Incendié la ciudad de Trebón. He pasado la noche con Fedurian y he despertado vivo y cuerdo. Me expulsaron de la Universidad a una edad a la que la mayoría todavía no los dejan entrar. He recorrido de noche caminos de los que otros no se atreven a hablar ni siquiera de día. He hablado con dioses, he amado a mujeres y he escrito canciones que hacen llorar a los bardos.
“Me llamo Kvothe. Quizá hayas oído hablar de mí”.


TH. Septiembre 2010. Locura y dicha.
PD: EL KVOTHE ES DE UN CABEZÓN… CABEZÓN, CABEZÓN…


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