miércoles, 28 de diciembre de 2011

Estos poemas. Ángel González.

Estos poemas los desencadenaste tú,
como se desencadena el viento,
sin saber hacia dónde ni por qué.
Son dones del azar o del destino,
que a veces
la soledad arremolina o barre;
nada más que palabras que se encuentran,
que se atraen y se juntan
irremediablemente,
y hacen un ruido melodioso o triste,
lo mismo que dos cuerpos que se aman.

Ángel González. Otoños y otras luces (II. La luz a ti debida) 2001.

2 comentarios:

  1. Prefiero que el ruido sea melodioso... Muy melodioso

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  2. Melodioso siempre, para poder bailar. Bailamos ginger?

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