jueves, 24 de febrero de 2011

La vida en rosa
















LA VIDA EN ROSA.

A lo mejor es que sospecho que me van a conceder traslado y, me queda poco tiempo para disfrutar del día a día, de los amaneceres y atardeceres en rosa, del mar, del olor de las algas, del vuelo de las aves y de los recreos en miércoles de guagüi. A lo mejor… Pero lo cierto es que me lo paso bien.

Puede sonar estúpido, o infantil, pero es la verdad. Es más que eso, es como si quisiera grabar dentro de mi alma y para siempre determinadas cosas, el batir de alas del cormorán, los bloques que hay frente a la torre mora, el olor del mar, el acento de la terapeuta de los Mochos, los chistes malos del agrónomo, las exageraciones disparatadas de la mujer cubo, la risa de la Lagartija, el sabor de las tostadas con aceite, el brillo de las manzanas que he descubierto. No quiero que salgan de mi, quiero que sean piezas de mi puzzle, de ese rompecabezas inacabado que soy yo.

Y parece que cada día es lindo. Como una excursión, como un día de fiesta.
Un jardín zen, un café, fotos estúpidas en zona de varada, los rayos de sol de una primavera vergonzosa, el primer día que me quito los calcetines en la playa, los cormoranes que siguen en sus rocas favoritas, la música que ha vuelto… y un poco de surrealismo, “Elvis no ha muerto”, canta en la playa de la Mata, lo he visto con mis propios ojos… Y nada más… Love me tender.


TH. Febrero 2011.
PD: Todo huele más, todo sabe mejor, los colores son más intensos…
PD: Estas palabras no hacen justicia a mis sentimientos, son nada comparado con lo que siento
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