miércoles, 18 de febrero de 2015

La capa de todos los superhéroes. Elvira Sastre.

Hagamos un trato:
tú levántate de la cama
como si quisieras salir antes que el sol
y yo haré que no miro
mientras decides
qué color combina hoy más con tu sonrisa.

Despéinate,
mientras yo me froto el sueño de los ojos
solo para ver si sigues ahí
o te has quedado en mi insomnio,
y déjame decirte
que eres la chica más guapa que he visto hoy
- sí, el día acaba de empezar
y ya sé que serás la más bonita-.

Levántate
cinco minutos antes
sólo para tumbarte conmigo diez minutos más,
murmura que llegas tarde a trabajar
sin soltar mi mano,
bésame
como si acabaras de verme
y déjame besarte
como si fueras mi desayuno,
que algo tengo que hacer
con este hambre de sueños
y de ti
con el que me levanto
cuando duermo contigo.

Haz la cama conmigo dentro
y vuélveme a decir eso
de que durmiendo conmigo
aprendiste a soñar.

Déjame 
darte los buenos días
metiéndote mano antes de irte
para que lluevas
y pueda salir el arcoiris
- por si no te lo había dicho nunca:
los días son preciosos
cuando los pintan tus piernas-.

Escríbeme
nada más irte,
échame de menos
y llena la carretera de suspiros,
déjame un mensaje
en el espejo del baño
y dime que vas a volver
porque tienes que terminar
todos los besos a medias
que se han quedado en mi boca.

Y por favor,
sonrójate,
nunca dejes de hacerlo,
que tus mejillas dan color al precipicio gris que nos espera
al borde de la cama,
y vienes siendo necesaria
para sobrevivir:
ya lo sabes,
debajo de tu uniforme del trabajo,
en algún lugar entre el tacto de tu camisa
y la piel que te envuelve,
escondes la capa
de todos los superhéroes.

Elvira Sastre. Cuarenta y tres maneras de soltarse el pelo.







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