martes, 11 de junio de 2013

Quítate el bote de la cabeza, que no eres Arenita


Ayer un erizo con un bote de mermelada en la cabeza cruzaba la carretera.
La lagartija paró el coche en el arcén.
Tiré del bote y la cabeza no salía.
Lo metí en la caja y se enroscó un poquito.
Pensaba romper el bote.
Tiré una segunda vez.
El bote salió.
Lo dejamos en un campo cercano.
Cuando volvimos del trabajo ya no estaba allí.
A veces sentimos que tenemos un bote en la cabeza y que nos falta el aire. Pero si enroscas el cuerpo un poquito, y el bote se mueve, yo puedo quitar el bote y tú vuelves a respirar.

¿VALE? ¿A qué es fácil?

TH. Junio 2013

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