Ver por primera vez una especie que nunca has visto es curioso.
La Tortuga siempre dice que hay que aprender a mirar. Y es verdad.
Y a mirar se aprende poco a poco.
Caminando, riendo y por supuesto mirando.
Pues en esos menesteres estábamos el otro día, cuando nos encontramos con esta ave, que no nos sonaba ni de oídas..negra, con un pico largo y perfecto para revolver el lodo de la laguna.
Después de las pertinentes comprobaciones descubrimos que es el Morito o Plegadis falcinellus.
Cuando el sol se refleja en sus plumas pueden observarse unos tonos irisados (esto no pudimos verlo...).
Fue el mismo día que observamos (por primera vez también) al fumarel cariblanco.
La mar de contentas nos pusimos, oyes!
En la que tiene las alas extendidas, se ve una zona rojo metálico. Entre las alas. Quizá se refiera a eso...
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