Ella fotografía
a las personas como si fotografiara aves.
Se coloca
en un rincón, se vuelve casi invisible y
disfruta de su rollo.
El mundo deja de existir, ella deja de
existir. Solo existe la cámara.
La mayoría de
sus fotos son robados. Ella no te hace
que poses, no te molesta… Lo único que quiere es hacer clic.
-
No
entiendo nada de fotos, ni de cámaras, yo solo hago clic. - Eso es lo que me
dice.
Yo me quedo a
su lado.
La miro.
La espero.
Espero mientras
hace clic una y otra vez, una y otra vez…
siempre me canso antes.
Aprendo de cada
una de sus barrenas, como una alumna torpe y aplicada: Texturas, macros,
efectos, reflejos… Y el cielo, el cielo blablá-blablá-blablá…
Muchas gracias
Meine.
Es un placer.
Un beso.
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