domingo, 9 de febrero de 2014

Rarezas vs peculiaridades


A veces te digo que me quieres a pesar de mis peculiaridades.
Y tú me dices que no, me dices que me quieres precisamente por eso, porque soy peculiar. Yo creo 2 cosas, que eres muy buena gente y que me quieres mucho.

Ayer tuve cursillo de informática, o de algo parecido. Tú no estabas porque ya no trabajamos en el mismo lugar.
Me sentí perdida.
No sabía hacer nada, no me gustan nada  esos ejercicios aparentemente simples que sirven para saber si entiendes las cosas y que te hacen sentir de nuevo como un párvulo.
-      Dibuje un hexágono debajo de su nombre, blablablá, marque con un rotulador fosforescente… rellene el patatín, marque el patatán…
 Me cuesta respirar.
Quiero largarme corriendo.
Quiero que estés a mi lado y oír tu risa.
Tengo ganas de llorar.
Me hablo: Ya no llevo uniforme, no tengo  que satisfacer a nadie, tengo mi propio swing y me gusta.
 Me sudan las manos todo el rato y me cuesta respirar, por algún motivo que desconozco no entiendo lo que me piden los ejercicios… Es raro.

Me gustaría notarte sentada a mi lado.
Oírte decir: Es muy fácil Tortuga.
Oír tu risa.

Estoy muy mimada y muy mal acostumbrada.
Cuando hago las cosas bien piensas que soy la mejor, y cuando las hago mal piensas que soy la más graciosa.


Y nada…
5. Dibuje debajo de su nombre un hexágono… y rellénelo de verde…






Y nada… que no debería rebelarme, ya me lo dijo una vez mi terapeuta, pero me rebelo.


TH. 2014

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