martes, 1 de octubre de 2013

Viernes adolescente




El viernes salí corriendo de clase, me despedí con timidez y rogando al cielo que nadie me entretuviera. El viernes tenía cita contigo y con los flamencos, que por fin habían vuelto, y por nada del mundo quería llegar tarde.

El sol de otoño parecía de verano, las nubes eran de tormenta y el calor era horrible, y ni tu ni yo habíamos comido… pero daba lo mismo, en la laguna se vuelven a ver reflejos rosas, y algunos reflejos grises porque están criando. Y nos gusta todo, la luz, el color, el silencio espectral de la laguna…  como tú dices, nos gusta hasta el olor a cieno…

Será, que no podemos vivir, sin los pies llenos de lodo.

TH. 2013.

PD: Contrólamelos Meine, que yo hasta el viernes no puedo volver.

PD: Buenísimo tu bocata de queso.

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