No quiero que olvides, que todo esto no es nada. Es sólo papel de pegatina pintado con rotulador, con unos dibujos bastantes simples. No quiero que olvides, que no son reales, que tienen una pizca por ciento de realidad, y que los porcentajes grandes, los 20, 30, 50 por ciento, son soñados, alterados, y en gran parte imaginados. Y no, no quiero que lo olvides.
Tienen su parte real, eso es cierto. Incluso útil. Y sí, es importante y útil una señal que nos hace tomar precauciones sobre la cercanía de la terapeuta de los Mochos. Es útil, esa mujer nos puede poner en terapia, y peor aún, nos puede curar la locura… y lagartija, no sé si estos tiempos se pueden sobrellevar sin un poco de locura.
Pero no quiero que olvides, nunca, la risa que te da cuando los colocas en algún lugar cercano a tu día a día, y no quiero que olvides el sonido del latido de tu corazón, ni la subida de la adrenalina y de la montaña rusa.
Porque reales o no, imaginados y soñados, el caso es que nos recuerdan, que el corazón es un órgano que hace un ruido que se llama latido. Y eso… supongo, es lo importante del asunto.
TH. 2011.
PD: Pum pum, pum pum, pum pum…
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