miércoles, 28 de enero de 2015

Ignacio Díaz de Rábago o Quijotes siameses


Cuando salgo contigo me suceden cosas raras- me lo dices sonriendo.
Debes de pensar que yo tengo el don de generar sucesos extraños.
No es cierto. Las cosas raras sólo suceden cuando voy contigo.
Somos una especie de “Quijotes- siameses”, cuando salimos juntas, salimos predispuestas a los sucesos extraños, salimos con el deseo de encontrar gigantes, de encontrar una ínsula en medio de la nada, de “desfacer” entuertos.

Ayer fuimos de concierto y después compartimos una pinta con un hombre extraño, un artista en medio de la noche, un hombre que iba de aquí para allá, que comparaba el arte con la física. El hombre se llama “Ignacio Díaz de Rábago” y hace instalaciones de libros que vuelan, vive en Dinamarca, es poeta, artista y filósofo.

Me siento incapaz de reproducir la conversación que tuvimos con él. Voy a escribir una de las cosas que dijo y que me llamaron la atención.

Si comparo el arte con la física, compararía a Newton con el renacimiento y  la mecánica cuántica con el arte moderno.

La frase no era exactamente así, pero la idea era esta, o más o menos esta.

TH. 2015.

PD: Fue un encuentro mágico. Ignacio, la Lagartija, Newton y yo. Insuperable.
PD: La Lagartija tiene un morro que se lo pisa, le dijo a este hombre, que es artista de verdad, que yo era artista y que ella era mi manager, y se quedó tan pancha. Diez minutos más y acabamos los 3 en una colonia hippie de Dinamarca.

PD: Estás muy loca, pero muy loca.



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