Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Lamentamos profundamente la muerte de Gabriel García Márquez.
La Tortuga nunca le contó una historia preciosa que le pasó con El amor en los tiempos del cólera.
La Lagartija nunca le contó que casi se quedó sin habla al leer por primera vez Cien años de soledad.
Hasta siempre Gabo.
Gracias por tus historias. Gracias por tus palabras.
Gracias por los buenos momentos que nos has dado.
Hoy lo pensaba... Los que no están en deuda con Gabo, o nunca leyeron sus escritos, o son unos desgraciados... Lo primero tiene remedio, lo segundo ... NO
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