domingo, 15 de noviembre de 2015

Nadar hasta la boya


Llegué a la playa, me coloqué las gafas y nadé hasta la boya. Me temblaba el cuerpo por dentro y por fuera pero necesitaba nadar. Nada existía, sólo un balón amarillo que flotaba a lo lejos, nada más. Nadé, golpeé dos veces con la palma de la mano la superficie de plástico y volví a la playa. Me coloqué la ropa sobre el bañador mojado, las gafas de sol y un pañuelo pirata… y seguí nadando
… mermaids do it better.


TH 2015.





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