ESPEJO I.

La tipa que vive al otro lado del espejo, es más vieja y más flaca que yo. Tiene más arrugas que yo y, le duelen las rodillas más que a mí.
Tiene pinta de que se le ha roto un pulmón, quizá porque fuma demasiado.
Tiene los labios secos porque calla algunas cosas.
Cuando le cuento todo esto, se muere de risa.
A todas luces, no anda bien de la cabeza.

TH. Agosto.

ESPEJO II.

He aconsejado (no suelo dar consejos) a la tipa que vive en mi espejo, que haga yoga.
Dicen los médicos que es relajante, que es una forma de liberar neurotransmisores. Es fabricar tus propias drogas, le cuento para animarle…
_ Yo ya fabrico mis propias drogas, además no quiero aletargarme, prefiero seguir nadando. ¿Qué pretendes? ¿Joder mi creatividad? Mis nirvanas los alcanzo de otras maneras, mis mantras son sólo míos.. No, no necesito yoga, o tal vez sí, pero no lo quiero.
_ ¿Por qué?
_ Tengo mis motivos, me da mala suerte.

La mujer que vive al otro lado del espejo, está llena de absurdas supersticiones.
La mujer que vive al otro lado del espejo, es simplemente una cabezota.

_ ¿Qué tal Pilates? Insisto…
_ ¿Pilates? Lo pensaré…

ESPEJO III.

No lo piensas.
Me lo dices por joder.
Me dices, que la química y la poesía no tienen nada que ver.

No tienes razón, te digo.

Ví al oxígeno arder vivo,
al hidrógeno provocar explosiones,
a la sal formar diamantes,
ví como el hierro se comportaba como un héroe.

No lo he visto todo,
pero he visto muchas cosas.

Ví como explotaba el litio,
como la coca-cola formaba un geiser.

TODO ERA PURA POESÍA.

No sabes nada, me dices.
No sabes química, ni poesía, ni nada de nada.

No lo piensas.
Lo dices por joder, por fastidiarme, por rabia.
Creo que estás a punto de llorar.
Te miro desafiante.

_ Podría borrarte del espejo. ¿Lo sabes?
_ ¿De verdad? Atrévete. Estás tardando demasiado…

TH. Agosto 2010.