Dice mi Lagartija,
que ha encontrado un remedio infalible contra el frío. Dice que lleva siempre
en el bolso un libro de literatura erótica, y cuando baja la temperatura, sopla
el viento o se siente destemplada, lee un rato su libro y se le pasa… si el tiempo es desapacible, me dice con
cara de resignación, leamos a Anaïs Nin.
TH. Enero 2013.
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