Olvidaras cuándo, cómo, y por qué dije esta frase. Pero no olvidarás nunca esta frase, y te reirás de mi (como si tuvieras 3 años) durante toda la vida.
Son cosas de la convivencia.
Tengo que asumirlas.
“yo no quiero meter el dedo en la agalla, pero…”
TH. Septiembre 2012.
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