Llévate todos los diablos, demonios y demonietes que viven en mí. Aléjalos... Utiliza el medio que prefieras... Anchafibrin, buscapina, dolocatil, enterosilicona, o esas hierbas raras con olor a anís que vende un hombre de tu pueblo y que tú llamas las "hierbas del hombre".
No sé... Tal vez necesite un exorcismo...
Llévatelos... Mándalos lejos, muy lejos... Aléjalos...
Y luego te tumbas a mi lado, y miramos el techo. Yo con las piernas en alto para no marearme me llamas Regan y esperamos el sueño muertas de risa...
Y nos dormimos, despacio, con un poco de miedo, pidiéndole a las hadas, que no permita que vuelvan los demonios.
Me encanta, no: M-E E-N-C-A-N-T-A!
ResponderEliminarlos demonios vuelven si los llamamos a la hora de comer...
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