TARDE EN EL SOFÁ.
Estamos cada una en un sofá. Leo en alto un libro de Gioconda Belli. Tú me escuchas.
Interrumpo la lectura. Oigo voces, te digo muy seria. Yo también, me dices. Siento alivio de que tú también las oigas. Es tú teléfono, y creo que conozco la voz. No he colgado la última vez que hablé.
Te ríes de mí y me dices que soy un desastre.
Sigo leyendo, tengo que interrumpir la lectura porque todo me da risa y te la contagio. Me dices que no te haga reír, que te duele el ojo. No puedo evitarlo, a ratos suelto una carcajada.
Me gusta estar así, cada una en un sofá, riéndonos de mi despiste permanente. Parece que no ha pasado el tiempo, que estamos solas en casa, y que me he quedado pegada a ti para ahuyentar mis miedos.
Me gusta la sensación.
TH. Febrero 2012.
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