Sé que ha llegado la primavera porque has abandonado las botas otras y te has puesto unas sandalias rojas nuevas. Tus pies se ven felices y contentos, y parece primavera, o casi primavera. Dices que se llaman, sexy sandals, y mueves los dedos arriba y abajo y los acompasas con tu risa.
Son bonitas, cómodas y sexys.
Las acabas de estrenar, las has mojado y llenado de arena, y te has mirado los pies durante todo el paseo, como si los reconocieras después del invierno, y necesitaras mirarte cada uno de los dedos.
Tus pies parecen felices.
Tú también.
TH. Marzo 2012.
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