La llamada "flor de la estrella" pone un toque florido al final
del verano, cuando todo lo que la rodea está seco. La vemos saliendo de las
grietas de rocas calizas, donde parece increíble que pueda desarrollarse una
planta tan bonita. Las hojas aparecen tras la floración, por lo que las plantas
floridas las vemos sin hojas.
El género es monoespecífico y fue dedicado en 1816 por el botánico Mariano
Lagasca a la gaditana Dª María Josefa Lapiedra Martínez, interesada en la
botánica andaluza, quien había descubierto algunas plantas nuevas, lo cual no
deja de ser admirable para una mujer en su época.
Esta planta no suele formar grandes grupos, aunque en algunas
localidades es relativamente abundante.
De almerinatura.com
TH 2016.
PD: Hoy nos lo contaron en la excursión a la Cueva Ahumada.
La segunda foto es de Wikimedia commons.
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