Ayer me llegó a
casa un sobre con un poemario de Elvira Sastre. En el sobre venía mi
dirección y en el remite la dirección de
ella, es decir, la propia Elvira me envió un poemario. La verdad, flipé en
colores, durante 2 minutos intenté explicarme por qué Elvira sabía mi dirección
y por qué me enviaba un poemario dedicado. Durante ese tiempo breve volví a ser
una niña de 6 años la mañana de Reyes, la niña que se pregunta cómo los Reyes
traen el regalo que olvidaste pedir y cómo es posible que conozcan a la perfección
tú número de pie, tu color favorito, la dirección de tu casa.
Luego, la mujer
que vive en mí ató cabos, y dedujo quien era el artífice de esos momentos de
magia.
Muchas gracias
Noe por hacerme creer en la magia, muchas gracias Elvira por ese libro lleno de
ternura.
Gracias por
este regalo tan precioso y gracias por hacerme recordar, que a pesar de que soy
overforty casi fifty, que a pesar de que la vida de vez en cuando me da un
coscorrón, mi ingenuidad se mantiene intacta o medio intacta. Una sensación maravillosa.
Un abrazo muy
muy grande para las 2.
TH. 2015.
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