A mitad de mes enloqueces... Siempre... Es decir, cada mes.
Me inyectas en vena, a las 7 de la mañana, tus últimos descubrimientos que tienen orígenes diversos (desde Sofía, a la Wikipedia, pasando por la sala de espera de tu esteticista).
Nos regalas recuerdos de tu adolescencia para envidia del mundo.
Cantas canciones con letras inventadas:
" para ver bailar voy al club mientras muerdo el ginton de un limonic usado en tu cadera"
A mitad de mes huyes de las fosas oceánicas y de los fondos abisales y la luz entra a raudales y vas puesta de gingseng y jalea real como una abeja reina con déficit de atención.
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