MANTRAS.
- Los libros no se pintan. Me lo dices convencido, como si recitaras un mantra que te ha cantado tu madre miles de veces. Si escribes tiene que ser con lápiz.
- Te digo que yo sí los pinto, que los pinto porque son míos y porque mi madre ya no mira si pinto los libros o no.
Insistes - pero los libros no se pintan.
En el fondo te mueres de curiosidad y no puedes evitarlo. – ¿Puedo mirar que has puesto?
Eres muy pequeño porque no has dado todavía el estirón, tienes los ojos azules, una sonrisa que parece dibujada en la cara, tus cejas siempre tienen expresión de sorpresa.
Lees con cara de chiste una nota del margen.
- ¿No quieres serenarte?
- No.
- ¿Por qué?
- De momento prefiero seguir alocada.
TH. Enero 2012.
PD:Los libros se pueden pintar o no pintar. Pero los libros vividos y compartidos saben mucho mejor.
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