Ya es otoño, el agua está un poco más fría, los turistas se han marchado, los días son más cortos, las playas no tienen servicio de vigilancia, las balizas han desaparecido y ya no hay una boya para marcar mi línea de meta imaginaria.
El agua está tibia. Nado cerca de la orilla. Sigo teniendo cuidado con las medusas. Si dejo de mover los brazos y las piernas me quedo fría.
Pero nadar en otoño tiene un encanto particular, es como compartir un secreto con un amigo… Para comprenderlo necesitas sentirlo… Los secretos no pueden ser contados.
TH. Septiembre 2011.
PD: Os dejamos un enlace de youtube. Es totalmente frivoleta, pero de rabiosa actualidad para las fechas que estamos.
http://www.youtube.com/watch?v=2DBiK0xjr3E&noredirect=1
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