domingo, 3 de enero de 2010

La chaqueta de Indiana

Hoy me he puesto mi chaqueta de Indiana,
la usé todos días del curso 2004 – 2005.
Es de ante azul, pero no lo parece.

Ya no tiene brillo,
el polvo de la tiza se ha metido entre los poros
y está adornada con algunas manchas de tinta de Boli
y tiene un olor, digamos indefinido, que es el de mi piel y el de mi vida.

Sin embargo, me gusta.
Con ella, me siento capaz de buscar el arca perdida,
volver al templo maldito,
e incluso capaz de hacer mi última cruzada.

Te vas.
Últimamente siempre te vas.
Vas muy poco abrigado,
llevas un par de camisetas,
tu chaquetilla fina
y un ego muy grande.

Te gruño.
Últimamente siempre te gruño.
Me callo,
te miro en silencio.
Quizá sea tu chaqueta de Indiana.
NADA QUE DECIR.

TAR.

PD: Abrígate flaco.

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