Nadan porqué
les gusta saber que su piel es más dura que el veneno de medusa, para oír el
latido de su corazón, para sentirse vivos, para poner en práctica su estrategia
(cualquiera vale, menos dejarte llevar por la corriente).
Nadan porque quieren y porque PUEDEN.
TH 2015.
PD: Yo no nadé.
No puedo. Me limité a envidiarles desde la orilla.
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