Yo lo noto: cómo me voy volviendo
menos cierto, confuso,
disolviéndome en aire cotidiano,
burdo, jirón de mí,
deshilachado y roto por los puños.
Yo comprendo: he vivido un año más,
y eso es muy duro.
¡Mover el corazón todos los días
casi cien veces por minuto!
Para vivir un año es necesario
morirse muchas veces mucho.
Ángel González
PD: Lo escuché ayer en la radio. Pensé en los dos último versos, y me pareció que estaban llenos de verdad. Es necesario morirse muchas veces.
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