Te gusta reflejar tus neuronas en mis neuronas espejo, y no entiendo por qué.
Las mías nunca funcionaron del todo bien.
Y aunque como poco y mal, a ti te gusta invitarme a comer.
Te doy seguridad.
Sin embargo no hablo idiomas, estoy permanentemente desorientada y no me relaciono demasiado bien con la gente.
A veces me preguntas si estás loca.
Yo no te digo nada, pero pienso que sí.
Le pido a la vida que no cure tu locura.
Así, quizá, me sigas queriendo.
TH.
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