Los rudos ingleses del siglo XVIII, cansados de encontrarse con sorpresas a la hora de las caras lavadas, promulgaron la ley del engaño cosmético (1770):
Toda mujer, sea virgen, doncella o viuda que indujera a cualquier súbdito de Su Majestad al matrimonio mediante perfumes, pinturas, baños cosméticos, dentaduras postizas, pelucas, lana española, zapatos de taco alto, corsés, será sometida a las penas previstas por la ley contra la brujería y actos semejantes, y el casamiento será considerado nulo e inválido.
Sexo, drogas y biología y un poco de rock and roll. Pp 118.
Diego Golombek.
RBA divulgación.
Recuerdo estar estudiando en casa de una amiga. Llego la noche y me quite las lentillas, me puse las gafas, me puse el aparato de los dientes...y mi amiga me dijo..ahora te quitaras la pierna ortopédica.?jaja.
ResponderEliminarNo te creo...
ResponderEliminarPues así sucedió...its true!!!
ResponderEliminarPero mejoré con la edad... : )
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