Mis hombres siguieron adelante
y encontraron a los comedores de loto,
y estos no tenían intención alguna de destruir
a nuestros compañeros, y sólo les ofrecieron lotos
para que los probaran.
Pero a todo el que saboreaba aquel dulce fruto
dejaba de interesarle volver con un mensaje o
marcharse
de allí. Todos querían quedarse con aquella gente
comiendo loto; y olvidaban el camino de regreso.
PD: Los cormoranes están pelechando, la garceta luce el plumaje nupcial… flores de loto.
TH. Enero 2011.
Yo soy adicta. A las flores de loto, digo...y a los días de verano en pleno invierno también. A veces suceden estos hechos extraños que te alegran el día, que te alegran la vida.
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