martes, 29 de diciembre de 2009

UN CIELO AZUL.

Cuidando mis espaldas,
anclando mis pies al suelo,
cerrando los tapones, que siempre dejo abiertos,
hay un cielo azul.

Detrás de mis bobadas,
de mis locos vuelos de flamenco,
de mi mala cabeza, que siempre está en las nubes,
hay un cielo azul.

Mirando de reojo mi pantalón caído,
mirando realmente, la goma de mi tanga,
con ojos cansados de macho lobo alfa,
hay un cielo azul.

Detrás de mis pulmones,
de mi swing, de mi caos, de mi entropía,
al lado de mi sangre y de mis besos…

Debe ser que tengo mucha suerte…

Hay siempre un cielo azul.

TAR. Diciembre 2009.

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